Blog

Latest News
Ruta en coche por los castillos del Loira

Ruta en coche por los castillos del Loira

Castillo de Chambord, el más grande del Loira

La ruta que proponemos en esta ocasión es un itinerario que nos llevará por algunos de los rincones más bonitos de Francia. Recorreremos el Valle del Loira, en el centro del país, un auténtico valle de reyes cuyos castillos nos recuerdan que esta región fue durante siglos la predilecta de la monarquía y de la corte francesa. El viaje nos permitirá soñar a través de sus majestuosas construcciones: castillos, palacetes notables,  impresionantes jardines y destacadas edificaciones de carácter religioso; joyas que, en definitiva, tienen el poder de trasladarnos a otras épocas.

No existe una lista oficial, sin embargo, la zona atesora más de trescientas fortificaciones, sobre todo renacentistas, con una arquitectura deslumbrante y una estética cuidada al máximo. De ellas, veinticuatro han sido catalogadas por la Unesco como patrimonio de la humanidad.

Nuestro particular recorrido se prolongará a lo largo de algo más de 180 kilómetros, desde Saumur hasta Chambord, donde nos espera su castillo, uno de los más bellos del mundo. El camino, sin embargo, nos depara algunas sorpresas inesperadas.

Saumur y su castillo en lo alto de la localidad

Ruta en coche por los castillos del Loira

PROPUESTAS

De Saumur a Chambord, recorremos 180 kilómetros de la Francia central que nos descubrirán construcciones que atrapan por su espectacularidad y belleza

Castillo de Chambord, el más grande del Loira

Castillo de Chambord, el más grande del Loira

La ruta que proponemos en esta ocasión es un itinerario que nos llevará por algunos de los rincones más bonitos de Francia. Recorreremos el Valle del Loira, en el centro del país, un auténtico valle de reyes cuyos castillos nos recuerdan que esta región fue durante siglos la predilecta de la monarquía y de la corte francesa. El viaje nos permitirá soñar a través de sus majestuosas construcciones: castillos, palacetes notables,  impresionantes jardines y destacadas edificaciones de carácter religioso; joyas que, en definitiva, tienen el poder de trasladarnos a otras épocas.

No existe una lista oficial, sin embargo, la zona atesora más de trescientas fortificaciones, sobre todo renacentistas, con una arquitectura deslumbrante y una estética cuidada al máximo. De ellas, veinticuatro han sido catalogadas por la Unesco como patrimonio de la humanidad.

Nuestro recorrido se prolongará algo más de 180 kilómetros, desde Saumur hasta Chambord

Nuestro particular recorrido se prolongará a lo largo de algo más de 180 kilómetros, desde Saumur hasta Chambord, donde nos espera su castillo, uno de los más bellos del mundo. El camino, sin embargo, nos depara algunas sorpresas inesperadas.

Saumur y su castillo en lo alto de la localidad1

Saumur

Conocida como la Ciudad Blanca, por la toba calcalcárea de este color de sus construcciones más emblemáticas, Samur en una coqueta localidad a orillas del Loira con numerosos rincones que resultan atractivos para los foráneos. Resulta interesante pasear por su casco histórico, muy bien conservado, con iglesias como la de Chantilly, la real capilla de Notre Dame des Ardilliers, o su popular museo de carros de combate. No podemos obviar tampoco las casas y galerías troglodíticas, cavidades excavadas en las rocas habitadas durante siglos, típicas de la región.

Aunque, posiblemente, tu interés se centre en visitar el castillo-palacio de los duques de Anjou, el primero de esta ruta. Es imposible no verlo, se encuentra en lo alto de una pequeña colina, dominando toda la ciudad y parece sacado de un cuento de hadas. Fue construido a finales del siglo XI, y en su día fue fortaleza, residencia de descanso, palacio de los gobernadores de la villa, cárcel y depósito de armas y municiones.

Saumur ha estado desde el siglo XVI íntimamente ligada a la equitación, momento en que se inauguró la primera academia ecuestre. Es posible visitar el Cadre Noir, la Escuela Nacional de Equitación y presenciar alguna demostración de doma clásica francesa. No abandones la ciudad sin antes deleitarte con sus vinos y su gastronomía.

Castillo de Chinon

Chinon

Tras despedirnos de Saumur, emprendemos la ruta hacia Chinon, situada a 40 kilómetros. Nos espera una ciudad de apenas ocho mil habitantes que se extiende junto al río Vienne, al pie de un montículo de piedra caliza dominada por la fortaleza real, que domina como antaño la localidad. Protagonista desde tiempos antiguos de cruentas batallas y de episodios históricos remarcables, en el fuerte todavía permanece la huella de personajes célebres como Juana de Arco o Carlos VII, en una  época en la que la historia de Francia e Inglaterra estaban íntimamente ligadas.

No te pierdas la visita. Gracias a la tecnología, hoy es posible revivir aquellas hazañas con recreaciones de torres y escenarios espectaculares. Y hay más: el castillo ha creado un escape  room dentro de su recinto histórico.

El castillo de Chinon ha creado un ‘escape room’ dentro de su recinto histórico

Más allá de la fortificación hay vida: se impone recorrer sus callejuelas entre casas con entramado de madera y mansiones antiguas, como la casa Roja o los palacios de Bailiazgo o el de los Estados Generales. Te seducirá, estamos seguros.

Jardines del castillo de Villandry3

Villandry

El destino siguiente es Villandry, a 35 kilómetros al norte de Chinon. Llegamos a esta diminuta localidad atraídos por la fama de sus espléndidos jardines, que resaltan la belleza del último castillo renacentista construido en el Valle del Loira. Fue edificado por Juan el Bretón, ministro de finanzas de Francisco I a mediados del siglo XVI, logrando una armonía perfecta entre la arquitectura y su entorno.

Hoy podemos contemplar la belleza del dominio de Villandry gracias a la familia Carvallo, que en 1906 lo adquirió y llevó a cabo un proceso de restauración total. En su interior permanecen curiosidades como una fuente en medio del comedor o  un magnífico techo de estilo hispanomorisco en el salón oriental. Los jardines también se encuentran en un perfecto estado de conservación. Da igual la estación del año en el que se visiten, ya que sus parterres se adaptan a cada época del año, ofreciendo patrones que reproducen fielmente el modelo renacentista.

No pierdas la oportunidad de visitar los seis jardines. Entre primavera y otoño se suceden las actividades. Una de las más recomendables tiene lugar a principios de verano. Bajo el nombre de Noches de los mil fuegos, se iluminan con la luz de miles de velas. ¡Todo un espectáculo para la vista!

La plaza Plumereau luce casas típicad on entramado de madera4

Tours

El objetivo de nuestro viaje es conocer castillos, por lo que la siguiente parada debería ser Chenonoceau, a medio centenar de kilómetros. No obstante, no nos resistimos a realizar una parada intermedia en Tours.

La ciudad es un antiguo asentamiento galo-romano que puede presumir de tener, según los franceses, la plaza más bonita del país: la place Plumereau. Recomendamos pasear por las calles adoquinadas del casco antiguo, entre casas con entramados de madera y acercarse hasta la catedral y al Centro de Creación Contemporánea Olivier Debré (CCCOD).

Tours tiene la plaza más bonita de Francia: la place Plumereau

Tours es una urbe de buen vino y buena gastronomía: charcutería, queso de cabra, pescados del Loira, fouaces, pescados del Loira o el nougat de Tours -una especie de turrón medieval- no te decepcionarán y te insuflarán energía para reemprender el viaje.

Castillo de Chenonceau5

Chenonceau

En Chenonceau descubrimos uno de los castillos con más encanto de la región. Es conocido popularmente como el Castillo de las Damas, ya que fue construido en 1513 por Katherine Briçonnet; acondicionado por Diane de Poitiers; ampliado por Catherine de Médicis; conservado por Louise de Lorraine, y salvado por Louise Dupin, una gran señora de la alta sociedad del siglo XVIII.

Chenonceau es un claro exponente del refinamiento francés, lo que lo convierte en uno de los preferidos del público. Tiene un original diseño sobre el río Cher, con un blanco deslumbrante y unas hermosas torrecillas curvas. Si tienes la ocasión, embárcate en un crucero y contémplalo desde las aguas. La visión es de lo más hermoso.

En su interior se expone una interesante colección de grandes maestros de la pintura como Tintoretto, Murillo o Rubens, y un conjunto de tapices de Flandes del siglo XVI.

El castillo de Amboise junto al río Loira.6

Amboise

La siguiente etapa de nuestro periplo solo está a 15 kilómetros. Estamos en Amboise, parada obligatoria de cualquier tour por tierras del Loira. Y es que esta ciudad de trece mil habitantes, además de poseer el histórico castillo real, fue la última morada de Leonardo da Vinci.

Su castillo, una de las grandes joyas de la región, ocupa un lugar destacado en la historia de Francia, ya que aquí nacieron y vivieron diversos monarcas. Fue la primera construcción en introducir las influencias italianas en el Valle del Loira de la mano de Carlos VIII y posteriormente, de Francisco I, guiado por el genio italiano.

Su espectacular mirador, un puesto de observación estratégico desde el neolítico, ofrece impresionantes panorámicas del río y los alrededores. Si lo visitas en verano, no te pierdas el espectáculo de luces y sonidos que revive los fastos y las intrigas de la corte de Carlos VIII, a través de proyecciones sobre la fachada.

Clos-Lucé, la mansión en la que murió Leonardo

Leonardo vivió sus últimos años en la mansión de Clos Lucé, hoy convertida en un museo dedicado a su figura, después de trabajar en distintos proyectos. Visitarla es una excelente oportunidad de adentrarse en el mundo del genio renacentista a través de sus inventos. Y es que gracias al 3D descubrimos cómo funcionaban algunos de los artilugios fruto de su imaginación. Hoy, sus restos descansan en la capilla Saint Hubert del castillo real.

Castillo de Chaumont7

Chaumont sur Loire

Abandonamos Amboise bajo la influencia de Leonardo vía  Chaumont sur Loire, a 15 kilómetros de distancia. Allí nos espera una pequeña maravilla arquitectónica en una propiedad de 30 hectáreas, remodelada en distintas ocasiones. En la actualidad es célebre por su Festival Internacional de Jardines y su Centro de Artes y Naturaleza. Sin embargo, más allá de los eventos, vale la pena visitar los aposentos y sus caballerizas.

Sus paredes encierran algunos secretos, como la reunión que mantuvieron su propietario Jacques Donatien Leray, un simpatizante de la independencia estadounidense, con Benjamin Franklin y que fue precisamente quien organizó la entrevista con el rey Luis XVI. Tras el encuentro, Francia apoyaría la independencia de los Estados Unidos.

Castillo de Blois8

Blois

La penúltima etapa del viaje nos lleva a Blois. Está situada a 15 kilómetros y es una ciudad de arte e historia cuyo castillo real, construido en lo alto de un promontorio rocoso, destaca por sus cuatro alas totalmente diferenciadas que representan cuatro estilos arquitectónicos de distintas épocas. Por sus aposentos han pasado a lo largo de cuatro siglos diez reinas y siete reyes de Francia, entre los que se cuentan Luis XII y Francisco I, su sobrino y sucesor.

Además del espectacular castillo, en Blois descubriremos una urbe de alrededor de 45.000 habitantes con un casco antiguo en el que el tiempo parece haberse detenido. Recorre sus calles adoquinadas sin rumbo fijo; te sorprenderán sus plazuelas y patios escondidos, rincones cargados de historia. Si quieres conocer algunos de sus edificios más emblemáticos, busca la catedral gótica de Saint Louis, con su torre renacentista, y la iglesia de Saint Nicolas, que mezcla los estilos románico y gótico. No te defraudarán.

Chambord, el castillo más grande del Loira9

Chambord

Los últimos 15 kilómetros de nuestra particular ruta nos permitirán alcanzar Chambord, una localidad que presume de tener el castillo más grande de toda la región y el segundo más visitado de Francia después de Versalles. Aunque no lo hayas visitado, posiblemente te resulte familiar porque se ha convertido en la imagen más ilustrativa de los castillos del Loira. A pesar de ser una fortaleza medieval con un torreón cuadrado flanqueado por cuatro torres, tiene claras influencias italianas.

Fue construido por Francisco I con la intención de convertirlo en pabellón de caza, puesto que el monarca ya disponía de otras residencias en la zona. Lo utilizó como tal Luis XIV, el Rey Sol, quien pasó varias aquí varias temporadas, en las que acondicionó sus exteriores. Durante la Revolución Francesa fue saqueado, aunque no llegó a ser destruido. Puedes visitar su interior, recorrer sus majestuosos salones y admirar la gran escalera helicoidal que da acceso al torreón central, entre otros aposentos.

En los alrededores del castillo de Chambord se ha creado entramado de 20 kilómetros de senderos

En Chambord todo adquiere grandes dimensiones. Su dominio es equivalente al tamaño de París intramuros y en los últimos años se han acondicionado sus alrededores, creando un entramado de 20 kilómetros de senderos. Ahora es posible conocer y disfrutar de la biodiversidad del parque en zonas hasta hace poco inaccesibles al público y contemplar el castillo desde ópticas nuevas. Relájate y disfruta. Chambord es, sin duda, el broche de oro de un viaje que no te decepcionará.

 LA VANGUARDIA- MAGDA BIGAS- 10/02/2022

Entradas relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

× ¿Cómo puedo ayudarte?